El fenómeno de la ‘airfryer’: ¿herramienta para ahorrar y cocinar sano o para fomentar la cultura de la dieta?
Las campañas de ‘marketing’ que las promocionan, en muchas ocasiones a través de ‘influencers’, se empeñan en subrayar que cocinan alimentos menos calóricos sin usar casi aceite. ¿Fomenta esto la peligrosa cultura de la dieta?


El movimiento social de la cultura de la dieta encierra la creencia de que los cuerpos delgados gozan de buena salud y son los deseables. Según el VII Estudio de Salud y Vida de Aegon, un 27% de los españoles ha realizado algún tipo de dieta, y los resultados muestran cómo las dietas son más habituales entre las mujeres (31,1% frente al 22,7% de los hombres). “Existe un mercado que se alimenta de la inseguridad de las mujeres y que por tanto nos quiere siempre insatisfechas con nuestro cuerpo. La cultura de la dieta es sobre todo una conducta que determina nuestra forma de estar en el mundo: insatisfechas, inseguras y en competición las unas con las otras”, explicaba Cristina Hernández Martín, directora del Instituto de las Mujeres, en el Ministerio de Sanidad al presentar el estudio Mujeres jóvenes y trastornos de conducta alimentaria. Impacto de los roles y estereotipos de género, que aborda la insatisfacción corporal y la baja autoestima que desarrollan las jóvenes por la continua presión sobre sus cuerpos.
La activista americana Virginia Sole-Smith lucha por desmantelar la cultura de la dieta y la gordofobia, y en su Substack planteaba a comienzos del mes de febrero una controvertida pregunta: “¿Son las airfryers parte de la cultura de la dieta?”. “Tengo objeciones filosóficas al enfrentarme a las freidoras. El nombre forma parte de manera descarada de la cultura de la dieta; los fabricantes quieren que pensemos que estamos cocinando los alimentos de una manera más saludable “friéndolos” con aire, en lugar de con aceite”, asegura.
“La freidora de aire no deja de ser un horno en miniatura. Es cierto que es un electrodoméstico súper versátil y que si se utiliza con cabeza y sentido común, puede ayudar a perder peso, pero no debería de ser el reclamo principal a la hora de venderse, ni convertirse en una obsesión para aquellas personas que necesitan bajar de peso”, dice Sabina Banzo autora de