Sandra Choi, directora creativa de Jimmy Choo: “Antes llevar tacones era algo normal. Ya no lo es”

Entre las escenas favoritas de los fans de Sexo en Nueva York siempre suele estar aquella en la que Carrie pierde un zapato corriendo a coger el ferry y exclama en mitad del puerto: “¡He perdido mi Choo!”. “La serie nos puso en el mapa global. Fue un antes y un después”, cuenta, vía Zoom, Sandra Choi, directora creativa de Jimmy Choo. La firma de zapatos de lujo por excelencia ha relanzado ese modelo (una sandalia lila con plumas) junto a otros cuatro en la cápsula The Archive: 1997-2001, que refleja la influencia de la marca en la cultura pop durante el cambio de siglo. “En esos cinco primeros años está nuestra esencia”, explica Choi, que lleva en la empresa desde el principio (primero a las órdenes de su tío Jimmy y después liderándola desde 2013). Aquellas botas, sandalias y salones los calzó Carrie Bradshaw, pero también Carmela Soprano o Andrea Sachs, la becaria de El diablo viste de Prada, por no hablar de las alfombras rojas de la época. “Lo bonito de revisitar el archivo es habernos dado cuenta de que un mismo zapato puede conectar con mundos tan distintos como James Bond o Una rubia muy legal”, explica Choi.

Como la diseñadora era incapaz de elegir los modelos de la época que debía relanzar (“porque ya estaba allí cuando se crearon y uno se encariña con modelos quizá no tan relevantes”, dice) ha contado con dos miradas externas: la del reconocido editor de moda Alexander Fury y la del joven diseñador británico Conner Ives, de plena actualidad estos días, ya que es el autor de la camiseta viral Protect the dolls, en defensa de los derechos de las personas trans: “Y él es casi de la misma edad que la marca, eso le da una perspectiva única sobre lo que significa Jimmy Choo hoy ”, dice, “porque lo que para mí eran diseños ya explorados, para las nuevas generaciones son terreno novedoso”.

Tan nuevo que parece que la tendencia Y2K, es decir, la que engloba esa estética de hace 20 años, lleva dos años siendo una de las más lucrativas a todos los niveles, y no parece que su influencia vaya a apagarse a corto plazo. “De hecho, mi hija está viendo Gossip Girl, y la verdad es que me emociona que descubra en la serie zapatos que ha diseñado su madre”, asegura Choi. Es, por tanto, el momento oportuno para lanzar estos iconos de los inicios: “Supongo que la gente joven buscan referentes que les parezcan auténticos, y los encuentran en el pasado, en las épocas anteriores a las redes sociales, donde todo, unos zapatos, un vestido o un objeto parecían una elección verdadera”, opina.

A punto de cumplir 30 años de vida, Jimmy Choo ha ido cambiando con las tendencias, es decir, ha ‘sucumbido’, como cualquier otra marca de su especie, al zapato plano o las zapatillas deportivas: “Porque para cada generación el glamour significa una cosa distinta. En los noventa y los primeros años del 2000, llevar tacones era algo normal. Ya no lo es, pero de algún modo es esa energía la que intentamos mantener”, explica. “Antes un par de tacones eran sinónimo de poder, de sentirse ‘elevada’, ser importante. Esa idea para mí sigue siendo determinante en lo que diseño, y la intento trasladar a cualquier tipo de modelo”.

Revisitar el pasado le ha permitido a Choi “enfocarme hacia dónde vamos como marca, más allá de la nostalgia”, dice. También revivir algunos de los grandes momentos que vivió la firma en sus inicios, en las pantallas de cine y televisión, en las portadas de revista, en las canciones de rap (aparece nombrada en una veintena) y, por supuesto, en las alfombras rojas: “A veces se nos olvida que ciertos objetos de lujo tienen un fuerte componente emocional. Tanto para los que los hacemos, como para las mujeres que se los pusieron”, opina. “La marca nació en el 96, y desde entonces hemos tenido un tipo de clienta que compra nuestros zapatos como autorregalo o para sentirse bien en momentos importantes de su vida”. Choi puede demostrar que el consumo de unos Jimmy Choo sobrevive a tendencias y temporadas: “Me di cuenta cuando empecé a pedir a mi equipo que rastreara en tiendas vintage modelos de archivo para recuperarlos. No hay muchos en el mercado de segunda mano, y los que hay, tienen las suelas gastadas por el uso”.