La UE mantuvo el superávit comercial con Estados Unidos en el primer mes de guerra arancelaria, pero los intercambios se resintieron
Pese a que hubo menos volumen de negocio, el saldo positivo del bloque comunitario respecto a su principal cliente creció ligeramente en comparación con el año pasado


La Unión Europea sintió en abril el impacto de la guerra arancelaria lanzada por Donald Trump, aunque menos de lo esperado. Las exportaciones del bloque comunitario a su principal socio comercial en el cuarto mes del año, cuando el presidente estadounidense anunció la imposición de las tarifas más altas en un siglo, cayeron un 33% respecto a marzo, según los datos publicados este viernes por Eurostat. Es un signo de que el efecto de las compras adelantadas con las que muchas compañías en EE UU habían intentado evitar las nuevas cargas llegó a su fin. Pero las cifras también muestran que el intento de Trump de revertir el saldo comercial de su país con respecto a Europa no ha dado frutos de momento: la Unión mantuvo un superávit comercial de 17.700 millones en el intercambio de bienes con EE UU, un 6,6% más que en el mismo mes de 2024.
Los datos de la oficina estadística comunitaria ganan protagonismo en un momento convulso para la economía global. Trump anunció el 2 de abril la imposición a sus socios comerciales de los mal llamados aranceles recíprocos, con una tarifa universal del 10% a todas las importaciones y unas tasas extra a los territorios con los que Washington mantiene mayores déficits comerciales, entre ellos la UE —a la que anunció un castigo del 20%—. Después, el republicano dejó los recargos en suspenso (aunque mantuvo el 10% universal), y acordó con Bruselas extender las negociaciones hasta el 9 de julio para llegar a un acuerdo. En paralelo, fue aplicando gravámenes específicos a Canadá y México, además de aranceles al aluminio, el acero —desde mediados de marzo— y los vehículos y sus componentes.
La bala disparada por Trump sobre el comercio global ese fatídico 2 de abril supone una ruptura neta de las reglas de juego hasta entonces vigentes. Pero el anuncio, por desestabilizador que resultara, era más que esperado. El magnate ya había exhibido su inclinación proteccionista en su anterior mandato y nunca ocultó, tanto en campaña electoral como al regresar al Despacho Oval el pasado enero, que volvería a emprender el mismo camino con aún más ímpetu que antes.
Dentro de esta dinámica se encuadra el adelantamiento de las importaciones a Estados Unidos en el primer trimestre del año. Las compras se aceleraron para sortear el aumento de costes por las subidas arancelarias, provocando que la UE duplicara su superávit comercial hasta los 82.000 millones de euros en el primer trimestre, un importe que supone un 89% más que en el mismo periodo de 2024.
El saldo se disparó sobre todo en marzo, el mes inmediatamente anterior a la deriva proteccionista de EE UU, al superar los 40.000 millones de euros. Si se considera el acumulado entre enero y abril, el superávit de Bruselas con Washington alcanza los 99.234 millones de euros, un 65% más con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.
Pese al récord que suponen estas cifras, la intensidad de las exportaciones europeas a EE UU y de las importaciones a la UE de productos estadounidenses perdieron fuelle en abril. Aunque crecieron por cuarto mes consecutivo, lo hicieron a un ritmo menor que en los tres anteriores. Las exportaciones europeas al gigante norteamericano en abril ascendieron a 47.600 millones —una cifra parecida a los 45.822 millones registrados en el mismo mes de 2024—, muy por debajo de los 71.100 millones de marzo.
“Observamos una desaceleración en abril con respecto a marzo de las exportaciones a terceros países y un ligero aumento de las importaciones, sobre todo porque los países asiáticos, particularmente China, intentan colocar en otras zonas sus productos que ya no pueden vender a EE UU, principalmente en la UE”, sostiene por teléfono Raymond Torres, director de Coyuntura y Análisis Internacional del centro de análisis Funcas. “Sin embargo, cabía esperar un comportamiento todavía más negativo, sobre todo de las exportaciones. Posiblemente, veamos un impacto mayor en los meses de mayo y junio, porque el efecto [de los aranceles] no ocurre necesariamente ipso facto”, agrega.
El menor aumento de las exportaciones a Estados Unidos en comparación con marzo se debió a una fuerte reducción en las ventas de productos químicos, probablemente relacionada con el sector farmacéutico en Irlanda, que alberga a varias empresas multinacionales que se han trasladado allí por razones fiscales. Las exportaciones farmacéuticas irlandesas a Estados Unidos se dispararon en los meses previos a la imposición de las tarifas, impulsando el crecimiento económico a niveles excepcionales. Estos productos se han librado de momento de un castigo especial, pero la istración Trump ya ha anunciado que los tiene en el punto de mira.
Menos intercambios globales
El superávit de la UE en el comercio de bienes a nivel mundial se redujo en abril a 7.400 millones de euros desde los 12.700 millones de euros del mismo mes de 2024, lo que supone una caída del 42%. En el conjunto del año, desde enero hasta abril, el saldo del bloque en el comercio global de bienes se redujo un 7,5%, desde los 63.700 millones en el mismo periodo del año pasado hasta los 58.900 millones. Uno de los principales motivos fue que las exportaciones del bloque comunitario a China cayeron por noveno mes consecutivo. Bruselas tiene una posición deficitaria con la potencia asiática, y el saldo negativo creció un 30,7% con respecto a abril de 2024, hasta los 28.100 millones.
Si solo se pone el foco en la zona euro, el superávit en el comercio de bienes con el resto del mundo se redujo en abril hasta los 9.900 millones, frente a los 13.600 millones alcanzados en el mismo mes del pasado año, lo que implica un retroceso del 27%.
La producción industrial en la UE, uno de los talones de Aquiles del mercado único, también se redujo en abril, un 1,8% con respecto a marzo, aunque fue seis décimas superior al mismo mes de hace un año. Todos los sectores de la industria sufrieron una contracción.
Torres considera que, a pesar de que los datos relativos a las exportaciones son mejores de los previstos, las cifras de Eurostat de este viernes arrojan un resultado decepcionante en lo relativo al comercio intraeuropeo, que “se desacelera, con un crecimiento anémico en los últimos meses”. Lo mismo ocurre con la actividad en general, que en la eurozona apenas creció un 0,7% en 2024. “El mercado único no tira tanto como podríamos esperar y sería deseable teniendo en cuenta las complicaciones a nivel global”. El comercio entre los Veintisiete creció en abril únicamente un 0,2% respecto al mes anterior.
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