Israel bombardea instalaciones nucleares y militares en Irán y mata al jefe de la Guardia Revolucionaria
Teherán, tras prometer una respuesta “severa”, lanza misiles sobre ciudades como Jerusalén y Tel Aviv, con al menos 63 heridos. EE UU asegura que no ha participado en la ofensiva, que alcanza las instalaciones clave de Natanz

Israel ha lanzado en la madrugada de este viernes un ataque de gran envergadura y consecuencias imprevisibles sobre Irán. El Estado judío, que ha bautizado la ofensiva como Operación León Creciente, dice haber empleado unos 200 aviones de combate sobre un centenar de objetivos relacionados con uno de los elementos más sensibles en Teherán: su programa nuclear. El ataque —sin participación de Estados Unidos, según ha asegurado su istración— ha alcanzado instalaciones nucleares, fábricas de misiles balísticos y ha descabezado la cúpula militar. Los bombardeos seguían al caer la noche del viernes al sábado.
El objetivo, según ha defendido en una intervención grabada el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, es impedir que Irán consiga armas atómicas, algo que podría lograr, sostiene, “en menos de un año”. La operación, sin precedentes, ha sido preparada con muchos meses de antelación a nivel logístico y de inteligencia, con un despliegue nunca visto incluso de hombres sobre el terreno. Para dar una idea, las autoridades han hecho públicas algunas imágenes de vídeo en las que se ve a varios integrantes de los servicios secretos israelíes operar en suelo iraní con antelación.
Teherán, que ha prometido un contraataque “severo”, ha lanzado dos oleadas de misiles a última hora del viernes sobre diferentes zonas de Israel, incluidas Jerusalén y Tel Aviv, donde los servicios de emergencia informaron de al menos 63 heridos, dos de ellos graves. Las alarmas, las explosiones y la actividad de las defensas antiaéreas se suceden ya caída la noche en el cielo de Jerusalén, como pudo comprobar EL PAÍS. El ejército pide a la población que acuda a los refugios mientras trata de interceptar los proyectiles.

Entre las víctimas mortales del ataque, según reconoce el propio régimen iraní y corrobora Israel, se encuentra el general Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria, un cuerpo de élite que actúa como ejército paralelo, con una gran influencia tanto en el Gobierno como en la economía de Irán. Salami había asegurado poco antes del bombardeo que estaban listos para “contrarrestar cualquier agresión”. El jefe de la fuerza aérea de ese cuerpo, Amir Ali Hajizadeh, se encuentra asimismo entre los muertos.
También ha perdido la vida el general de división Mohamed Bagheri, jefe de las Fuerzas Armadas, según la televisión local. Asimismo, han caído otros responsables militares y al menos seis científicos del programa nuclear. La agencia iraní Tasnim los ha identificado como Abdolhamid Minouchehr, Ahmadreza Zolfaghari, Amirhossein Feqhi, Motalleblizadeh, Mohammad Mehdi Tehranchi y Fereydoun Abbasi.
Más allá de esas bajas, fuentes oficiales de Teherán señalan que varios edificios residenciales han sido alcanzados por las bombas israelíes en la capital. La agencia de noticias Mehr ha informado de la muerte de al menos nueve personas entre Teherán, la capital, Tabriz, en el noroeste del país, y Shiraz, en el suroeste. Ambos países mantienen cerrado su espacio aéreo.
En la misión no han participado fuerzas estadounidenses (aunque sí armamento suministrado por Washington), pero Netanyahu ha agradecido en su intervención el papel que desempeña el presidente Donald Trump para frenar la carrera armamentística de Teherán.
El ataque echa por tierra —al menos de momento— las conversaciones sobre el programa nuclear iraní que habían abierto Washington y Teherán y por las que se preveía un encuentro en Omán este domingo que se da por cancelado. “Irán debe firmar un acuerdo antes de que no quede nada [...] Hacedlo antes de que sea demasiado tarde”, conminó Trump en Truth, su red social, a los negociadores iraníes.
Tras el ataque sobre Irán, Israel se encuentra en estado de emergencia nacional, mantiene sus embajadas cerradas y los teléfonos móviles recibieron alertas para que la población se pusiera a cubierto ante la respuesta prometida por Teherán. El máximo jefe del ejército israelí dio por ciertas esas amenazas poco antes de que Irán lanzara el centenar de drones sin consecuencias. Irán ha desmentido ese ataque a través de la agencia Fars.

El líder supremo iraní, Ali Jameneí, ha reconocido en un mensaje a la nación que las consecuencias del ataque israelí emprendido en la madrugada han sido contundentes, incluso en zonas residenciales, y ha subrayado que Israel ha de esperar una “respuesta severa”. Jameneí ha dicho que son varios los comandantes y científicos “asesinados” en los bombardeos, pero que “sus sucesores y colegas retomarán su trabajo de inmediato”.
“Nuestros bravos pilotos están atacando una gran cantidad de objetivos por todo Irán”, había anunciado Netanyahu a través de un vídeo en el que detallaba que el objetivo es “atacar la infraestructura nuclear, las fábricas de misiles balísticos y la capacidad militar de Irán”. En concreto, el mandatario israelí se ha referido al bombardeo llevado a cabo sobre la planta de Natanz, en la provincia de Isfahán, donde desde 2021 se mantiene un programa de enriquecimiento de uranio al 60% de pureza.
Fuentes oficiales iraníes reconocen que los bombardeos han alcanzado varias veces estas instalaciones. El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), con personal en el terreno, ha confirmado el ataque sobre Natanz, aunque los niveles de radiación no han aumentado, según sus primeras mediciones tras la ofensiva. El OIEA aprobó el jueves una resolución contra Irán, al que acusó de no cumplir con sus obligaciones nucleares.
A última hora del viernes, se sucedían nuevas explosiones cerca de Teherán y en Fordow, próxima a la ciudad santa de Qom, según medios locales. Allí se halla una segunda gran instalación nuclear que se había salvado de los primeros bombardeos. También se escuchan detonaciones en Isfahán. Con estos nuevos ataques, el Estado judío asegura estar tratando de eliminar bases de lanzamiento de drones y de misiles.
Ante el lanzamiento de misiles desde Irán, Israel ha activado en torno a las 21.10 (una hora menos en la España peninsular) las sirenas que advierten a la población de un posible ataque aéreo para que se dirijan a los refugios o las habitaciones de seguridad de sus viviendas. Las alarmas han saltado en diferentes zonas del país. En Jerusalén, se han escuchado detonaciones en el cielo al tiempo que algunos artefactos atravesaban el cielo ya caída la noche. El ejército ha informado de que está tratando de interceptar los misiles.

Como parte de la ofensiva, el Mosad (los servicios secretos israelíes en el exterior) llevó a cabo una serie de operaciones de sabotaje para desactivar las defensas aéreas y las instalaciones de misiles iraníes, según ha explicado Barak David, reportero de Axios, al canal estadounidense CNN.
La operación ha incluido, según informa la agencia Reuters, el despliegue de armas guiadas de precisión en zonas abiertas cerca de los emplazamientos de los sistemas de misiles tierra-aire iraníes, el uso de tecnología avanzada contra los sistemas de defensa aérea iraníes y el establecimiento de una base de drones de ataque cerca de Teherán.

Netanyahu ha recordado los ataques llevados a cabo por Teherán contra Israel los pasados meses de abril y octubre —los primeros de este tipo en la historia—, y cómo se defendieron golpeando en territorio iraní. Los misiles balísticos empleados entonces, cuya capacidad de producción se eleva a 10.000 en tres años, “pronto podrían llevar carga nuclear”, ha advertido, una “amenaza intolerable” que podría extender la “pesadilla nuclear” incluso a Europa o América. “No lo olviden: Irán califica a Israel del pequeño Satán y a América del gran Satán”, ha dicho el primer ministro israelí.
Como en ataques anteriores, Netanyahu ha querido lanzar un mensaje al pueblo iraní, al que dice querer liberar con sus bombardeos del yugo del régimen que encabeza Jameneí. “Creo que el día de vuestra liberación está cerca”, ha sentenciado.
El primer ministro ha relacionado el Holocausto sufrido por los judíos a manos de los nazis hace 80 años con el “Holocausto nuclear” que supuestamente Irán pretende poner en marcha. Entiende que el primer intento de acabar con Israel ha fracasado.
Se trata, según su visión, del que comenzó con la matanza que lideró la milicia palestina Hamás el 7 de octubre de 2023, cuando fueron asesinadas unas 1.200 personas en territorio israelí. Ese día se abrió la puerta a una nueva fase del conflicto regional en el que el Estado judío mantiene frentes abiertos, además de en Irán, a quien considera líder del eje del mal, en Gaza, Cisjordania, Yemen, Líbano, Irak y Siria. Teherán, según Netanyahu, busca ahora otra vía de ataque, que es la nuclear, y por eso justifica el golpe de este viernes.

En este sentido, Netanyahu se quiere erigir en salvador regional al permitir, bloqueando a aliados de Irán como la milicia chií Hezbolá en Líbano, que ese país tenga hoy un nuevo Gobierno. Algo similar, sostiene, ha ocurrido con la caída del régimen de Bachar el Asad en Siria; y es lo que busca también, aunque no lo ha logrado todavía, con su intento de liquidar a Hamás en Gaza, donde han muerto ya más de 55.000 personas bajo ataques israelíes desde el 7 de octubre de 2023.






A lo largo del jueves, las autoridades israelíes habían guardado un cauteloso silencio con respecto a la operación y su inminencia. Con la complicidad de su principal aliado, Estados Unidos, se había sembrado a través de diferentes medios de ese país la posibilidad de golpear a Teherán. Como si todo formara parte de la perenne dialéctica bélica, las filtraciones aludían a que Israel estaba listo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad , así podrás añadir otro . Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
