El Organismo de la Energía Atómica aprueba por primera vez en 20 años una resolución contra Irán
La organización ligada a la ONU acusa a Teherán de incumplir sus obligaciones de no proliferación nuclear. El Gobierno iraní replica que abrirá otra planta de enriquecimiento de uranio

La Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), una agencia de supervisión nuclear ligada a Naciones Unidas, ha adoptado este jueves una resolución contra Irán, al que acusa de no cumplir con sus obligaciones nucleares, en concreto, de no haber aclarado el origen de unos restos antiguos de material atómico hallados por los inspectores en lugares no declarados por el país. La resolución abre la puerta a una denuncia ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Teherán ha respondido a esta resolución, la primera en su contra en 20 años, confirmando lo que ya habían adelantado varios de sus altos funcionarios: que el país abrirá una nueva planta de enriquecimiento de uranio y modernizará otra con centrifugadoras de última generación.
La resolución ―presentada por Alemania, Francia, Reino Unido y Estados Unidos―, y apoyada por 19 países, considera que la falta de cooperación de Irán “constituye un incumplimiento de sus obligaciones” con el OIEA y subraya la imposibilidad del director del organismo, Rafael Grossi, de confirmar que el programa nuclear iraní tiene fines exclusivamente pacíficos, como asegura Teherán. Ello “plantea cuestiones que competen al Consejo de Seguridad” de Naciones Unidas, reza la resolución.
En su más reciente informe trimestral, el pasado 31 de mayo, la agencia de supervisión atómica destacaba que las autoridades iraníes no habían explicado de forma creíble el origen de restos antiguos de material fisible (el que se utiliza para producir energía nuclear o armamento atómico) en tres sitios no declarados como nucleares. El informe elevaba a más de 408 los kilos de uranio enriquecido al 60% en Irán, poco menos del porcentaje del 90% de pureza que se utiliza en las armas nucleares. En febrero, esa cantidad era de 275 kilos.
Para producir combustible nuclear con fines civiles como la generación de electricidad, solo se precisa un grado de concentración del uranio de alrededor del 4%. Con 408 kilos de uranio altamente enriquecido, se pueden fabricar teóricamente unas nueve bombas atómicas.
La trascendencia de esta resolución del OIEA es que abre la puerta a una denuncia contra Irán ante el Consejo de Seguridad de la ONU, que podría adoptar nuevas sanciones en su contra, sin que aliados de Teherán como Rusia y China ―que este jueves se han opuesto a la resolución de condena de la agencia atómica de la ONU―, tengan la posibilidad de ejercer su poder de veto.
Esa imposibilidad de ejercer ese veto está incluida en un mecanismo de reinstauración automática de las sanciones internacionales ―el llamado snapback― recogido en el acuerdo nuclear de 2015 entre Occidente y Teherán ―el Plan de Acción Integral Conjunto (JOA, en sus siglas en inglés)―. Ese pacto permitió un levantamiento progresivo de las sanciones internacionales que asfixiaban a la economía iraní a cambio de un estricto programa de supervisión de las instalaciones nucleares iraníes.
Hasta octubre, cuando se cumplen diez años de la firma del JOA, el snapback puede ser activado en caso de incumplimiento grave de lo que recoge el acuerdo. Para activarlo, basta con que un país signatario del pacto con Irán en 2015 ―lo suscribieron China, Rusia, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania y la UE― lo plantee al Consejo de Seguridad de la ONU y que uno de sus permanentes presente la petición. Estados Unidos se retiró del acuerdo en el primer mandato de Donald Trump y ya no puede hacerlo, pero Francia, sí. París es miembro del acuerdo y además ocupa un asiento permanente en el órgano ejecutivo de la ONU.
Esa espada de Damocles contra Irán es real, como demuestra la resolución del OIEA de este jueves y su alusión explícita al Consejo de Seguridad. El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ya había aludido antes, el 21 de enero, en el Congreso de su país a que Trump buscaría “la posible activación del snapback”.
Teherán dejó de cumplir progresivamente con lo recogido en el JOA cuando Washington lo abandonó unilateralmente en 2018 y reinstauró las sanciones estadounidenses. En 2021, empezó a enriquecer uranio en altas concentraciones.
Las autoridades iraníes han amenazado recientemente con que, en caso de restablecimiento de las sanciones por parte del Consejo de Seguridad, podrían abandonar el Tratado de No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP). Si el grupo de países europeos signatarios del JOA ―el llamado E3; Francia, Reino Unido y Alemania― recurre al snapback e Irán cumple su amenaza, la última oportunidad para el diálogo con Teherán, serían los 90 días de preaviso que requiere abandonar ese tratado.
La respuesta de Teherán
La respuesta de las autoridades iraníes tras divulgarse esa inédita resolución de condena del OIEA en dos décadas ha sido calificarla como un “acto político sin base técnica ni legal” por parte de los países europeos y Estados Unidos. “Irán siempre se ha adherido a sus obligaciones” y, hasta ahora, “ninguno de los informes del OIEA ha mencionado el incumplimiento por parte de Irán de sus obligaciones o desviaciones en los materiales y actividades nucleares”, ha indicado el Ministerio de Exteriores iraní en un comunicado.
El texto destaca luego que el país “no tiene otra elección que responder a esa resolución política” con un nuevo aumento de su capacidad de enriquecer uranio. “En respuesta a la resolución”, prosigue el comunicado, “el jefe de la Agencia de la Energía Atómica de Irán ha emitido las órdenes necesarias para establecer un nuevo centro de enriquecimiento en un lugar seguro”, indica la nota.
Además, las centrifugadoras de gas de primera generación en el centro de enriquecimiento subterráneo de Fordow [en el centro de Irán] serán reemplazadas por máquinas avanzadas de sexta generación, destaca el comunicado.
En abril, un asesor cercano a Ali Jamenei, el líder supremo iraní, advirtió de que la persistencia de las amenazas externas y la posibilidad de un ataque militar contra su país podría provocar “la expulsión de los inspectores del OIEA” y el cese de la cooperación con el organismo.
La resolución de la agencia atómica de la ONU añade además presión sobre Irán en un momento en el que se considera posible un ataque israelí contra sus instalaciones nucleares, incluso sin el aval de la istración de Donald Trump, que el domingo tiene previsto mantener una sexta ronda negociadora con Teherán para alcanzar un nuevo acuerdo en materia atómica. Funcionarios iraníes han reiterado que los países europeos del E3 están aumentando la presión precisamente para asegurarse una silla en unas negociaciones en las que hasta ahora no han tenido voz ni voto.
El pasado martes, el portavoz de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), Behrouz Kamalvandi, avanzó que su país había preparado una lista de contramedidas ante una posible resolución del OIEA. También enfatizó que las escaladas anteriores de Irán en esta cuestión, como aumentar el enriquecimiento de uranio al 60% de pureza e instalar centrifugadoras avanzadas, fueron respuestas directas a resoluciones de censura anteriores.
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